Nuestra Mentora

Carta de María ZambranoMaría Zambrano

Madrid, 30 de Junio de 1988

Mucho me ha conmovido el que pongan mi nombre a una empresa tan hermosa, creadora y aún más el que en mi modesta persona hayan encontrado el punto de referencia o el estandarte, por así decir, que buscaban. Qué decirles cuando me piden ese lema: hermandad y servicio.

 

Lo encuentro precioso y adecuado, viene del pueblo de Dos Hermanas y más aún en el pueblo llamado "Dos Hermanas", acerca del cual yo comencé a escribir una historia publicada en el Diario 16.

Era la hermandad que se formó entre una madre y una hija que salieron sin dejar dirección de su casa y del lugar donde iban, pero sí es cierta una cosa :que iban a buscar, a hacer servicio.

Se publicaron dos artículos y recibí correspondencia y aún un plano del pueblo de "Dos Hermanas del Real", donde yo nunca he estado.

Y ahora viene la hermosísima iniciativa de ustedes en que se dan esas características:hermandad por encima de todo, y servicio.

El que haya fructificado esa idea mía, el que haya encarnado en esa cooperativa para proseguir la cual, ustedes me piden aliento, que yo comprendo, porque no siempre tenemos la fuerza para realizar lo que queremos, tampoco yo la he tenido ni la tengo a lo largo de ya larga vida - no se si saben que tengo 84 años- y que antes de cumplir los 40 tuve que salir de España en un exilio que ustedes, gracias a Dios, no conocen, y espero que no conozcan jamás.

Que hayan ustedes construido un edificio, que me escriban sus nombre, la mayor parte mujeres, la otra varones, con lo cual se me afirma que la hermandad y el servicio están por encima de la distinción de sexos.

Ahora me piden ustedes unas palabras de aliento que sean como un talismán para llevar a cabo su fundación, porque se trata de fundar, y gracias a ustedes yo me siento fundadora con toda la responsabilidad y sin ningún esfuerzo, por gracia, porque sí.

Nunca podré ir, por mi debilidad física, a ver esa fundación y aún recibirles en mi casa es imposible porque no tengo lugar adecuado para ello. Les envío con esta carta mis palabras de hondo agradecimiento, palabras confiadas desde mi corazón, y gracias, gracias amigos: Andrea, Milagros, Santiago, Isabel, Ana Rosa, Pilar, Carmen, Ángel, Manoli y Lourdes. Yo los guardaré a cada uno, y aunque también me es difícil firmar, al firmar esta carta con mi nombre, escribiré también el nombre de cada uno.